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Motor Mecha

Diez cosas que tienes que tener en cuenta para conducir con lluvia

1/03/2018

El clima se convierte en uno de los factores a tener más en cuenta cuando nos sentamos al volante. En invierno, las lluvias, el frío, las heladas o la nieve condicionan en gran medida la conducción. Las inclemencias del tiempo son importantes porque aumentan los riesgos en la carretera. De hecho, la lluvia es el fenómeno meteorológico que más accidentes de tráfico provoca.

Debido a la lluvia, el pavimento ofrece menos sujeción y fuerza de agarre, al encontrarse mojado. La pérdida de visibilidad o la creciente incomodidad son otras de las consecuencias más comunes al coger el coche con lluvia. Se trata de una compañera de viaje peligrosa y cuyos efectos a la hora de conducir debemos conocer, para así poder evitarlos.

En Motor Mecha nos preocupa que conduzcas de forma segura. Por eso hemos recopilado diez consejos a tener en cuenta para conducir bajo la lluvia:

  • Reduce la velocidad: los km/h deben adecuarse siempre al estado de la calzada. En el caso de la lluvia, lo recomendable es, al menos, una disminución de un 10% con respecto a la velocidad habitual determinada para cada tramo. La velocidad afecta además, a la visibilidad, al levantar el agua que reposa sobre el asfalto.
  • Aumenta la distancia de seguridad: la lluvia supone que se requieran más metros para detener el vehículo. La calzada mojada reduce los tiempos de reacción, por lo que es clave que, de cara a un posible frenado de emergencia, aumentes la separación entre tu coche y los que te rodean.
  • Conduce con suavidad: hay que evitar los movimientos bruscos debido a la menor capacidad de reacción. Aunque es importante esquivar los charcos, hay que tener cuidado al frenar, acelerar o girar repentinamente. Y no solo por tu propia seguridad: huye de los desplazamientos toscos e inesperados, pues pueden despistar o hacer dudar al resto de ocupantes de la vía también.
  • Atención a la visibilidad: las luces siempre son necesarias ante situaciones de visión poco clara, pues nos facilitan ver y ser vistos. Más aún bajo la lluvia, que merma las condiciones de luminosidad y nitidez. Utilizar las luces cortas o de cruce cuando la lluvia es más o menos intensa facilita, sobre todo, que seamos vistos con mayor facilidad.
  • Cristales siempre a punto: el funcionamiento de los limpiaparabrisas puede convertirse en nuestro mejor aliado o en nuestro peor enemigo. Su buen estado determinará la limpieza del parabrisas y la visibilidad que este nos permitirá.
  • Evita el empañamiento de los cristales: es también esencial mantener la temperatura del interior de forma que evitemos que los cristales se empañen: apunta con los difusores de aire a los cristales del vehículo con la calefacción encendida, la luneta térmica te ayudará a mantener despejado el trasero.
  • Aquaplaning: el temido efecto que se produce cuando los neumáticos no consiguen evacuar el agua del pavimento y el vehículo se desliza sobre una fina lámina de agua. Mantener la calma es lo primordial: debemos evitar frenar, mejor levantar el pie del acelerador suavemente.
  • Ten cuidado con la pintura blanca del suelo: aquella que marca los carriles o los pasos de cebra. Su textura provoca que la fuerza de agarre del neumático sobre ella sea mucho menor que sobre el pavimento. Debemos evitar acelerar o girar cuando pisemos sobre la señalización horizontal.
  • Mantén tu coche en buen estado: las revisiones periódicas evitarán que, en el momento en el que más lo necesites, tu vehículo pueda ponerte en un aprieto. Neumáticos, limpiaparabrisas, frenos, luces o amortiguadores deben estar a punto para garantizar que la conducción sea totalmente segura.

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